Francisco Sazo, nació en Quilpue hace 54 años. Es parte de Congreso desde sus inicios, alrededor de la década de los setenta. Su labor no sólo es ser la voz líder, sino que también compone. Como el mismo menciona, “soy de los lanas del grupo, toco las tarkas, flauta y zampoña.” Son reconocidos por ser un grupo de fusión, que mezcla lo folklórico con el rock. Introducen también en sus melodías estilos africanos y de jazz.
¿Cómo fueron sus inicios en la música?
Siempre tuve inquietud musical. Pero no era algo familiar. Mi vocación por la música partió de cartelero desde cabro chico. Antes de formar Congreso, estaba en otro grupo, “Sicodélicos”, que era una mala imitación de lo que se escuchaba en los setenta. Los otros integrantes del grupo provenían de otro conjunto, “Los Masters”, que tocaban como “Shadows”.
¿Cómo se conforma finalmente Congreso?
Fusionamos estos dos grupos en un solo proyecto musical. Partimos como partían todos los grupos en esa época. Era difícil formar un grupo y sobretodo grabar. No habían instrumentos, eran todos importados. Existía hambre por lo que recibíamos de los medios de comunicación de masas. Sobretodo por la radio, que fue la gran programadora de lo que los jóvenes tenían que hacer. Escuchábamos los Beatles y lo que después se va a llamar la Canción Popular Chilena. Todos este ambiento nos llevó a empezar a tocar. Pero nosotros partimos como grupo de amigos que tocaban en un garage, no había una pretensión mayor. Nunca pensé que me dedicaría a la música. Entre 1979 y 1983 viaje a Bélgica para hacer un postgrado en Filosofía, y ahí fue cuando ingresó Joe Vacsconcellos al grupo. A mi juicio en ese periodo se grabó lo mejor de la banda, como “Viaje por la Cresta del Mundo”.
La trayectoria del grupo Congreso ha sido extensa, han grabado alrededor de 17 discos. Durante todo ese tiempo han trabajado con distintos sellos, como Emi, Alerce, CBS, Iris Music, Macondo y Machi.
En 1988, Congreso produjo con Alerce “Para los arqueólogos del futuro”.Vendieron alrededor de diez mil copias por lo que ganaron Disco de Oro. Francisco Sazo comenta, “con este sello teníamos otro tipo de trato que con Emi. Era un sello más alternativo que cautelaba lo artístico musical, lo que no se trabajaba o vendía abiertamente. Era un sello de pequeñas tiradas. Hicimos contrato pero no incluía detalles especiales. Trabajábamos más que nada con acuerdos de palabra. El porcentaje de ganancias no sobrepasaba el 2%. Fue una producción satisfactoria, pudimos trabajar a nuestro gusto, lo que es atípico con los sellos.”
Sin embargo, en 1997, la experiencia sería totalmente distinta. Grabaron “Por Amor al Viento” con Emi. A diferencia de “Para los arqueólogos del Futuro”, este disco contó con una amplia producción apoyada por Emi. “Nos llevaron – afirma Sazo- en avión por todo Chile haciendo propaganda. Cosa que nunca antes habíamos hecho. Fuimos a radios, televisión, revistas e incluso hicimos dos video clips. Todo esto lo pagó el sello, fue una producción enorme. El contrato tampoco incluyó cláusulas especiales. El porcentaje de ganancias fue un poco más del 2%, y vendimos alrededor de siete mil copias”. Pese al masivo apoyo y buena relación con Emi, para Francisco Sazo, la experiencia no fue satisfactoria, “deberíamos haber vendido más”.
¿Cómo han sido las relaciones del grupo con los sellos?
En relación a los sellos somos un caso atípico, siempre grabamos lo que queremos. Al principio con Emi la relación era muy paternalista. Se hacía todo en Chile, lo grababas y los imprimías aquí. Tú te abandonabas al sello. Grababas en dos días. Se hacían uno o dos doblajes, y fin. Pero teníamos nuestro espacio. La ganancia que en general tenías era alrededor del 2%, podía subir algo, pero eso era lo normal. Es lo que hasta hoy se mantiene. Pero después la situación se fue haciendo más compleja cuando Odeon se juntó con Emi. Con esto empezamos a depender de Argentina. Vinieron más personas, más managers y productores. La producción se hizo más agresiva y el mercado además se da cuenta que la gente compra discos. Se trabaja con casettes, lo que da mucha plata. Para el sello, no para los artistas. Se forman grandes sellos y grupos sin autonomía nacional que graban sólo lo que se puede vender y que sea de fácil consumo.
¿Cuáles son las nuevas opciones, si es que no se trabaja con un sello?
Nosotros decidimos tener autoediciones o grabar con sellos pequeños. Por ejemplo el sello Machi pertenece al Tilo González. El elige donde hacer las mezclas, es más artesanal, se vende el producto casi mano a mano. Con Machi nosotros hicimos “Congreso de exportación”. Funcionó bien, pero no alcanzamos la misma cobertura que con Emi. La relación con el sello es buena porque te dan mucho apoyo y mala porque te marcan el camino que debes seguir. El problema es el tipo de producto que hacen. Se ha llegado a perder la buena música por vender.
– Valentina Ripamonti
Industrias de la Entretención y la Información 2007 
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